Tras el incendio que cobró la vida de al menos 13 personas y dejó 11 heridos el pasado lunes 18 de marzo en la Penitenciaría Nacional La Victoria, 1,125 reclusos han sido trasladados a otras instalaciones de detención.
Ante las condiciones del plantel, estos presos han sido llevados a los centros ubicados en San Pedro de Macorís, La Vega, Higüey, La Romana, Elías Piña y Haras Nacionales.
La situación a nueve días del trágico suceso es desgarradora, ya que muchos familiares desconocen el paradero de sus seres queridos. Sin embargo, otros han podido verlos, aunque sea a través de una verja.
Según el director de Prisiones, Roberto Hernández Basilio, un total de 120 familias han acudido a la mesa de ayuda física ubicada en la entrada de la cárcel en procura del paradero de sus parientes.
A pesar de que el lunes las autoridades de La Victoria habían limitado el pase de artículos y enseres personales a los familiares de los reclusos, solo permitiéndoles el pase de comida cocinada, este martes pudieron ingresar alimentos y otros objetos hacia el centro de reclusión.
Madres, padres, hermanos y hasta amigos de los presos, acudieron desde tempranas horas de la mañana con sus bultos repletos de comida, ropa, pasta dental, jabón y hasta cartones de huevos, con la intención de que sus presos tengan los artículos de primera necesidad.