Vicecanciller explica por qué Rusia se retira del Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa

La semana pasada, el presidente ruso Vladímir Putin introdujo un proyecto de ley sobre la rescisión del acuerdo.

Rusia no reanudará el cumplimiento del Tratado de la Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE), argumentando que el documento contradice sus intereses de seguridad, afirmó el viceministro de Asuntos Exteriores del país, Serguéi Riabkov.

En declaraciones a Parlámentskaya Gazeta, el representante del presidente Vladímir Putin para la consideración parlamentaria de la rescisión del convenio señaló que las acciones hostiles de los países miembros de la OTAN hacia Rusia ya de por sí han afectado la situación de seguridad en el continente y que los resultados no facilitan la discusión de alternativas al acuerdo.

«El FACE lleva años, de hecho, sin funcionar, por lo que nuestra retirada no podrá empeorar [aún más] la situación», manifestó el funcionario.

Además, señaló que tras la salida de Moscú «se desvanecerán las ilusiones de aquellos que todavía esperaban que Rusia vuelva al tratado».

«El FACE, debido al cambio de la situación, contradice nuestros intereses de seguridad. Este hecho evidente tendrá que ser reconocido ahora en Occidente», explicó Riabkov.

A la pregunta de por qué, a su juicio, los países miembros de la OTAN no ratificaron una versión actualizada del FACE en 1999, el funcionario ruso respondió que la variante adaptada impedía los planes de Washington.

«Por ejemplo, habría obligado a EE.UU. a mostrarnos sus movimientos de tropas a través de Europa hacia la zona del golfo Pérsico, cuando estaban preparando una agresión contra Irak. Y, por supuesto, lo principal para ellos era expulsar a Rusia del ‘territorio extranjero cercano’. Al darse cuenta de que no iban a ser capaces de lograr estos objetivos, anularon el Tratado FACE adaptado», precisó.

Riabkov mencionó que al suspender el cumplimiento del acuerdo en 2007, en lugar de retirarse, Moscú dejó «la puerta abierta para restablecer la viabilidad del régimen de control de armas convencionales». «Occidente tuvo tiempo más que suficiente para mostrar sentido común. Pero optaron por seguir el camino de la ampliación de la OTAN y de la confrontación con Rusia», sostuvo.

El 10 de mayo pasado, el presidente ruso Vladímir Putin envió al Parlamento un proyecto de ley sobre la rescisión del mismo y designó a Riabkov como su representante durante el examen por parte de ambas cámaras. 

  • El FACE se basa en un sistema de limitaciones cuantitativas de las cinco categorías principales de armamento y equipos de las fuerzas armadas convencionales de los Estados participantes del pacto: carros de combate, vehículos acorazados de combate, artillería, helicópteros de ataque y aviones de combate.
  • El tratado se firmó en 1990 y se adaptó en 1997. Los Estados miembros de la OTAN no ratificaron la versión adaptada del documento y siguen adhiriéndose a las disposiciones de 1990, que contienen normas sobre armas convencionales basadas en un equilibrio entre la OTAN y la Organización del Pacto de Varsovia. Como consecuencia, Rusia se vio obligada a declarar una moratoria en la aplicación de los términos del acuerdo en 2007.
  • El 11 de marzo de 2015, Rusia interrumpió su participación en las reuniones del Grupo Consultivo Conjunto sobre el FACE, completando así el proceso de suspensión de su pertenencia al tratado, aunque jurídicamente sigue permaneciendo en él. Desde entonces, los intereses de Rusia en el Grupo Consultivo Conjunto están representados por Bielorrusia.