Abinader proclama en RD desapareceran los nombres imprescindibles para gobernar

Santo Domingo, RD.- El presidente Luis Abinader aseguro este Domingo que con la nueva Constitution proclamada por su iniciativa “deberán desaparecer los hombres que se creen imprescindibles en nuestra historia” , y que a partir de ahora “ la alternabilidad se ha consagrado ahora para siempre”.

Advirtió de manera enfática que “el pueblo soberano deberá defenderla”.

“Hoy estamos reunidos aquí para celebrar y reflexionar sobre un hecho que es de enorme importancia para todos: la Constitución reformada que hoy proclamamos que cambia los cimientos de nuestra historia y define también nuestro horizonte. Debemos recordar que una Constitución no está hecha solo con frías palabras técnicas sobre un papel, sino que es, sobre todo, el alma de un pueblo; la piedra angular de la nación, la luz que ilumina los caminos de justicia, paz y prosperidad; un pacto sagrado, un compromiso solemne que cada generación hereda y transmite a la siguiente”, dijo.

En una alocución dirigida al país desde el salón de la Asamblea Nacional, el mandatario defendió con vehemencia su propuesta de reforma constitucional señalando que, a lo largo de los años, nuestro país ha conocido 39 reformas constitucionales, cada una de ellas bajo la promesa de construir un futuro mejor.

“Sin embargo, preciso, cada alteración ha tenido su costo. Recordemos, por un instante, los primeros pasos de la República Dominicana en 1844.”

Citó que apenas nacida la primera Constitución fue puesta a prueba. A Pedro Santana no le gustó la orientación democrática que tenía y ordenó rodear con sus soldados el Congreso Constituyente para conseguir la introducción del artículo 210, que le garantizaba poder dictatorial, y el 206, que le otorgaba dos períodos de gobierno sin elecciones.

Esas dos disposiciones abrieron una puerta peligrosa, una puerta que desató las ambiciones de un poder ilimitado. Desde entonces, hemos visto cómo el síndrome de reformar se ha movido entre la esperanza y la desesperanza, entre el idealismo y el desencanto, dejando a su paso una estela de inestabilidad, fragmentación e incertidumbre.

Afirmó que las reformas en 1865, 1866 y 1874 “fueron parte de un patrón que no cesaba: un ir y venir de cambios que subrayaban la inestabilidad de nuestros cimientos”.

Y así llegamos al siglo XX, un periodo marcado por gobiernos autoritarios y concentración del poder. Las reformas de 1907, 1929, 1934 y 1937 allanaron el camino para que la figura de un solo hombre extendiera su sombra sobre el país.

Las reformas constitucionales de entonces no fueron simples cambios de cláusulas, sino mecanismos que facilitaron la perpetuación de un poder absoluto, que erosionó las instituciones, reprimió a los ciudadanos y sumió al país en una penumbra de la cual costó décadas salir.

Manifestó que, al llegar la democracia, la caída de la dictadura fue un renacer para nuestra patria. En 1963 se promulgó una nueva Constitución que prohibió la reelección inmediata, una señal de que por fin estábamos aprendiendo de nuestros errores”.

Abinader resalto que la historia nos mostró que la senda de la democracia no es fácil, que cada avance puede verse empañado por nuevos retrocesos.

Así, la reforma de 1966 reintrodujo la reelección y, desde entonces, hemos transitado un camino de prohibiciones y aprobaciones, de idas y venidas, en un ciclo constante de cambio que ha dejado profundas heridas en el tejido social.

Durante demasiados años en nuestra democracia ha estado latente una actitud autoritaria, en donde la voz de todos se sintetizaba en una, la del presidente, y éste, con frecuencia decidía que solo él podía dirigir la nación.

Afirmo que la estabilidad constitucional es más que una aspiración; es una necesidad fundamental para el desarrollo y la paz”.
Opino que la falta de estabilidad en nuestras reglas de juego ha generado incertidumbre y desconfianza, ha debilitado nuestras instituciones y ha desgarrado nuestra cohesión como nación.

Cuando la Constitución es tratada como una herramienta de conveniencia, se erosiona el pacto social, y el pueblo, testigo de cada modificación, pierde fe en sus gobernantes y en el futuro.

Por eso he promovido una serie de candados constitucionales que garantizan al pueblo dominicano que ningún político del presente o futuro caiga en la tentación de querer eternizarse en el poder; de ahora en adelante, deberán desaparecer los hombres que se creen imprescindibles en nuestra historia, porque la alternabilidad se ha consagrado ahora para siempre